Como Asesinar a Felipes lanza Luz, Figura y Sombra
Hoy, el quinteto chileno Como Asesinar a Felipes (CAF) lanza su esperado álbum Luz, figura y sombra a través de Clouds Hill.
¿Cuánto más podremos sobrevivir en el dualismo? La pregunta aflora alentada por la escucha de Luz, figura, sombra.
Porque Como Asesinar a Felipes plantea aquí una necesidad artística y existencial: diversificar el análisis, dotar de sentido a la opinión, crear pensamiento crítico.
En concordancia con su camaleónico currículum, el quinteto de Santiago de Chile encuentra el equilibrio del trabajo en una pirámide trigonal imaginaria en la cual cada pilar corporiza un elemento propio de su sonido: lo orquestal, lo electrónico y lo orgánico; o lo que sin sutileza se traduce en la búsqueda de caminos alternativos para analizar una misma idea. Una tricotomía en la que se aprecia esa voluntad de seguir creando sin fronteras preestablecidas, en este caso despreciando el dominio cultural de lo bipartito y enfrentando la polarización.
Luz, figura, sombra, primera referencia de estudio para el sello hamburgués Clouds Hill, es, a pesar de su alarde de originalidad y compromiso artístico, un paso lógico en la carrera de Como Asesinar a Felipes. Porque esta banda sigue siendo un concepto que nació para complicarse la vida, para auto exigirse sin tregua. De ese modo abrieron cabezas en el camino, colaboraron con personajes como Bill Gould (Faith No More) y Chino Moreno (Deftones), ganaron importantes premios y cosecharon el respeto de colegas y crítica tanto en su país como en los numerosos territorios en los que se presentaron.
Si observan en retrospectiva los 15 años de carrera que lleva el grupo les será sencillo advertir que uno de los importantes valores de su música es la tan fascinante atemporalidad. Aunque CAF ofrezca referencias situadas en épocas concretas, el tratamiento al que las someten es propio de su complejo ADN.
Con ello logran tender un puente entre el pasado y el futuro de la música, un vínculo robusto, una superestructura que pasa muy por encima del presente sin encontrar forma de anclarse a él.
Contando con Chalo González en la ingeniería de sonido y producción, este trabajo presenta la relectura de tres piezas originales (‘I’, ‘II’ y ‘III’) que se verán intervenidas por los elementos que titulan la obra: la Luz, la Figura y la Sombra. Bajo este plan, podrán apreciar que cada una de estas piezas tendrá sus múltiplos, sus primas hermanas criadas con distinta filosofía pero el mismo tipo de amor.
La Luz está representada por el formato orquestal, la Figura por el pulso electrónico y la Sombra resultante por la banda empuñando sus instrumentos identificatorios. .
De este modo las canciones experimentarán desarrollos morfológicos variados permaneciendo su alma (casi) intacta.